Música & Activismo Ecológico
Emilio Mendoza
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(Transcripción de una entrevista radiofónica al autor por Marisela Valero de Planeta Vital, diciembre, 2021)

Introducción
La relación de la música con el ambiente y más específicamente con el entorno sonoro natural, es altamente variada dependiendo de cada cultura del globo que hace y escucha música dentro de
diferentes contextos culturales, naturales y climáticos. Existe un vínculo cercano entre lo que concebimos como música en la cultura occidental reciente, con los sonidos producidos por los pájaros principalmente, entre muchos otros animales que nos rodean, cuyas emisiones sonoras pueden alcanzar complejidades sorprendentes, procedimientos temporales de llamado y respuesta, así como una belleza de sonido incomparable, aún sin entender nosotros nada de lo que puedan estar comunicándose los animales entre sí. La conexión sonora entre las especies en la naturaleza, incluyéndonos también a los humanos, es un desarrollo con ciertos resultados tangibles en intentos con delfines y especialmente con ballenas, sea en lenguaje o en música, así como el estudio de música y sonidos entre animales que se refiere a la zoomusicología o zoosemiótica. Aparentemente, la música es una expresión del exclusivo dominio del ser humano, pero mencionaremos diferentes vías para entrelazarnos con la naturaleza y, sobretodo, para comunicar a través de la música, su cuidado.

Referencias musicales a la naturaleza
Dentro del campo artístico de la música occidental, p
odemos considerar ciertas aproximaciones al mundo natural: desde el simple título alusivo a fenómenos o entes naturales como La Mer de Claude Debussy (El Mar, 1901), a evocaciones sutiles y sensibles en sus Préludes para piano como Des pas sur la neige (Pasos sobre la nieve, 1909), o de sus Images como Reflets dans l'eau (Reflejos en el agua, 1905). Situaciones sonoras de la naturaleza y descripciones casi textuales de los sonidos de pájaros como el famoso cucú con su intervalo de tercera menor, o alegorías al viento y tormentas, se incluyen dentro del concepto de música programática, poemas sinfónicos o música que narra o describe un concepto u objeto real y no-musical. Aquí tenemos el gran ejemplo de Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi, primeros cuatro de un grupo de doce conciertos para violín y orquesta Il Cimento dell'armonia y dell'inventione, opus 8 (1725), donde incluye sonidos de pájaros, de la naturaleza, gente, escenas y paisajes. En fin, el entorno natural del compositor en todos sus aspectos sonoros. La Sinfonía Nº 6 Pastoral op. 68 de Ludwig van Beethoven (1808) incluye además del sonido de ciertos pájaros, quebradas y cantos de pastores, un movimiento enteramente dedicado a una gran tormenta. Beethoven describió su sinfonía como "una expresión de sentimientos más que de una pintura", ya que amaba pasearse por los bosques todos los días donde trabajaba su creaciones en la imaginación, ya con la práctica devenida del empeoramiento de su sordera.

Hay muchos ejemplos adicionales de composiciones que evocan a la naturaleza directamente o con referencia de inspiración como: Camille Saint-Saëns (1886) con El Carnaval de los Animales, Oiseaux Exotiques (Pájaros Exóticos, 1956) de Olivier Messiaen, George Crumb con su Vox Balaenae (Voz de la Ballena, 1971), así como el famoso tema de Raffi en sus canciones para niños Baby Beluga (1980). En términos más técnicos, se puede
también incluir la construcción de la música a través de la utilización de mecanismos o procesos derivados de sistemas del mundo natural. Ver por ejemplo el esquema armónico de la parte central de mi pieza Esperanzas (Tema C, desde 1:42), en la cual dos cuerpos musicales diferentes (marcados en diferentes colores) van inter-actuando entre sí en tres apariciones de sus frases que opuestamente se van alargando y acortando como si estuvieran comiéndose la una a la otra.

Conexión musical entre diferentes especies
A pesar de que los perros casi con exclusividad nos entienden cuando les hablamos, y entendemos hasta cierto punto sus ladridos o gemidos, su comprensión puede tener varios elementos simultáneos adicionales, como patrones de comportamiento repetidos, movimientos del cuerpo, olores y el momento en que se realiza. Podemos hablarles o silbar a las matas, a las abejas, a las vacas y ovejas, así como ponerles música para que crezcan felices, pero la comunicación de otro ser hacia los humanos es posible sólo por medio de ciertos estudios como el caso del análisis del canto de las ballenas, o 
dispositivos como electrodos colocados en las hojas que traducen sus impulsos y se convierten por medio de algoritmos en música, como lo logran en PlantWave. El autor ha estudiado las bases musicales del ritmo y su entendimiento físico (ver artículo sobre el Pulso), y se podría considerar que un animal responda de alguna manera similar a los humanos a estímulos rítmicos. El autor ha probado con su perro Trigo quien lo acompaña todos los días cuando hace escalas con metrónomo en la guitarra, y se podría esperar que Trigo responda a este estímulo cuando realice un desplazamiento acompañado de música con un fuerte pulso. En este momento el autor analiza los códigos de sonidos de ciertos pájaros de su entorno natural en su casa de San Antonio de los Altos.

trigo & EM
El autor con su perro Trigo, quien sincroniza el pulso musical al caminar

Contaminación musical
No obstante, a partir de mediados de los años sesenta, con el surgimiento de conciertos grandes y masivos de música popular y su correspondiente necesidad de amplificar la intensidad de la música por medios electrónicos, incorporamos una estética de oír música altamente amplificada y se incorpora en nuestra sociedad la "contaminación musical", término acuñado por el autor para referirse a la locura que un ente tan bello como la música pase a ser un factor contaminante severo, cuando se amplifica y le llega a escuchas ajenos no considerados porque la música amplificada llega más lejos, fuera del ámbito y control de los oyentes directos. Por otro lado, con la existencia de varias músicas simultáneas en un mismo lugar a todo volumen surge la "cacofonía' o simplemente ruido. Esta situación, muy común en nuestras playas afectadas ya además por todo el desperdicio desbordado de plástico a sus lados, se satirizó al incluir el ruido brutal de siete músicas diferentes al mismo tiempo por 10 segundos al final de Añoranza (en la Playa), como alusión al hecho real, teatralizado sonoramente en la grabación de la pieza. La contaminación sónica y musical es particularmente grave en un país como Venezuela donde la temperatura del ambiente es deliciosamente igual todo el año y no permanecemos encerrados en recintos aclimatizados por invierno y las ventanas permanecen siempre abiertas en contacto directo con los exteriores y, lamentablemente, con su correspondiente ruido. 

playa

Desaparición del sonido imaginario
Aquí nos tropezamos con una contradicción: ¿Cómo yo, músico compositor e intérprete, voy a desarrollar un activismo ecológico sonoro a través de la producción de música que en sí es un factor contaminante? Al profundizar en los conceptos de ruido y silencio (ver artículo en preparación En Torno al Silencio, así como los Considerandos propuestos para la enmienda a la Constitución), se incluyó el mundo sonoro de la imaginación de cada persona, y en especial la fantasía sonora interna de los compositores quienes manejan este dominio a la perfección. En el caso de un creador musical que se tope con música amplificada externa no deseada, es decir, impuesta por otra persona que la está escuchando amplificada y es difícil compartir el mismo recinto sin poder dejar de escucharla, toda la construcción de ideas y fantasía sonora en la imaginación del compositor –PUM– se desaparece. En tal sentido, la contaminación musical, al tener música sonando siempre en nuestro entorno sin solicitarla, sea en la plaza, automercado, en el autobús o de la casa del vecino, elimina la posibilidad creativa interna de los compositores musicales –el fin de la música– para sólo mencionar uno de los daños e irrespetuos causados por esta práctica desconsiderada.

De inclusión sonora al activismo ecológico
Grabaciones textuales de sonidos de la naturaleza forman un gran cuerpo de citas en variadas piezas musicales, incluidas para abrir una ambientación inicial, como en el caso de la lluvia al principio de Riders on the Storm del grupo The Doors (LP L.A. Woman, 1971), o apariciones intercaladas de sonidos de tormentas, lluvia y luego pajaritos y viento en el hit Uncle Albert/Admiral Halsey de Paul y Linda McCartney de su álbum Ram (1971), o como un objeto sonoro crudo y palpable en Presque Rien (Casi nada, 1970) de Luc Ferrari. El compositor canadiense recientemente fallecido Raymond Murray Schafer liderizó su "World Soundscape Project" en consideración de la ecología acústica, definiendo al sonido escuchado por los humanos como "soundscape" (The Tuning of the World, 1977).

Sin embargo, una expresión directa e inequívoca de contenido referido al activismo ecológico no es tan común, pero encontramos
buenos ejemplos de consciencia ecológica como en el track del disco blanco de The Beatles (1968), Mother Nature's Son, como también en el dúo Paul y Linda McCartney de nuevo, en su primer album Wild Life como grupo Wings (1971), donde critican el triste encierro de animales en zoológicos entre otras calamidades de los humanos. Se puede encontrar en el escrito de Alba Sanfeliu, La Música y el Medio Ambiente, ECP Escola de Cultura de Pau, Institut Catalá Internacional per la PAU, septiembre, 2010,
referencia de grupos de música popular que han dedicado su producción a la causa ecológica, incluyendo otras actividades paralelas como la iniciativa de construir instrumentos musicales de materiales de desecho reciclados.

Música Ecológica, definición
Para la función directa del activismo ecológico a través de la música, tenemos el provecho de la presencia y labor social de la música, para lo cual ha servido siempre como un factor de cohesión humana, de entendimiento en grupo y catalizador, para la realización de  manifestaciones, marchas, conciertos y eventos por la causa ecológica o para recaudar fondos para proyectos sobre el ambiente.
El autor re-define esta función o intención existente en esta música, como un género específico y destacable, con su nombre de "música ecológica", bajo las tres siguientes premisas:
  1. Tomar consciencia de un problema grave y complejo de la humanidad que afecta a todos los seres vivientes en la Tierra
  2. Realizar actividades y expresiones a través de la música para ayudar a solventar estos problemas
  3. Crear música que sirva para este propósito de cualquier forma.
Desarrollo verde de Emilio Mendoza
Se realizó una toma de consciencia en el 2005,
a raíz de la lectura de un libro escrito por Jared Diamond, Colapso: como sociedades escogen sobrevivir o fracasar (Allen Lane, 2005), y se inició la actividad musical 'ecológica' a través de un grupo de música original, Ozono Jazz, (ver especialmente 'Función'). Se basó en nuestra realidad venezolana y su relación con el mundo entero, bajo un sentir de responsabilidad y auto-crítica, con el siguiente manifesto:
Tenemos un país hermoso, Venezuela, que estamos destruyendo. Somos uno de los más grandes productores de petróleo y hemos colaborado con la contaminación del globo por más de cien años, causando además, terribles accidentes. Ahora continuamos con el arco minero. Como venezolanos, le debemos al mundo y en especial a nuestro bello país, todos nuestros esfuerzos por cuidar al ambiente y a sus seres. 
Sin embargo, la presencia del espíritu verde se fue desarrollando en el autor de una manera ingenua e inconsciente durante toda su carrera, que se evidencia desde sus primeras composiciones al manejar conceptos relacionados con el diálogo entre sonidos ruidosos y sonidos musicales, como sucede en su segunda pieza Alborada de 1975.  En esta composición, entre otros procedimientos relacionados a este diálogo, se expuso un contraste entre el sonido musical y los sonidos del entorno en bloques que gradualmente se empiezan a imbricar. Ya de forma más directa, la crítica ecológica se expone en dos piezas de performances teatrales con Chichiriviche, 1977, para expresar el estado de descuido, actitud de abandono y acumulación de basura de latas de cerveza, refrescos y partes de automóviles presentes en las playas venezolanas de ese entonces. Posteriormente, en Choroní del 2012, ambas  pertenecientes al grupo de piezas La Caja de Juguetes, se utilizó la misma forma de expresión del performance para comunicar no solo la contaminación por basura, ahora en miles de botellones de plástico, sino además de la grave contaminación musical en las playas, 35 años después.

Activismo ecológico musical
El autor se convierte en un 'activista ecológico'. Sus composiciones y actividad involucran conceptos en to
rno al ambiente, sea a través de su grupo Ozono Jazz como también en sus composiciones de arte musical, y finalmente a través de activismo político, efectuado de diferentes maneras:
jungla
            aloha
Guarapiche Blues, 2020, dedicado a la cantante María Rivas en homenaje a su activismo ecológico con la música, quien fuera su precursora en Venezuela.

Guara

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