Componer Arte Musical:
una
Profesión en el Vacío
El Diario de Caracas
25-6-1999
El acontecer musical de nuestra sociedad se integra por una serie de áreas muy diversas que podemos resumir en actividades de creación, arreglo, interpretación, dirección, grabación, docencia, investigación, publicación, terapia, luthería y comercio. De todas, la actividad musical que queda en nuestra sociedad como cultura acumulada después de mucho tiempo, es la creación e investigación, es decir, las actividades en manos de los compositores e investigadores quienes producen objetos que perduran útilmente en nuestra cultura por años y hasta siglos.
De estas dos actividades, la creación es sin duda el origen de la otra, ya que sus productos son la principal materia de estudio de los investigadores. Entendemos así la importancia fundamental que tienen los compositores en nuestra sociedad para garantizar el nacimiento, vida y desarrollo de la música. No obstante, nos damos cuenta que contrariamente la sociedad venezolana actual no mantiene un puesto reservado donde el compositor de música artística pueda existir y producir. Su música no es comercial y no puede disfrutar de las ventajas de sobrevivencia que cuenta el creador popular comercial. Podemos afirmar que en Venezuela, componer arte musical es una profesión en el vacío, una locura sin pertenencia ni vínculo a la sociedad, es un segmento cultural prescindible, donde la música ni se paga, ni suena, y si existe, es invisible.
¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación peligrosa, calificada como una profesión en extinción, o en términos más crudos, de suicidio musical de nuestra cultura? Si no hay compositores hoy, no va a haber música mañana. ¿Cómo podemos ejercer nuestro derecho de participación en la vida cultural venezolana, para que nuestra música entre en el proceso de ser escuchada, seleccionada o rechazada, y finalmente pase a formar parte del acervo histórico musical y del patrimonio cultural de la nación?
Un grupo de compositores se ha venido
reuniendo hace un año para elaborar una estrategia que garantice
soluciones concretas a esta situación inaceptable. Es una
responsabilidad generacional: nos toca ahora a nosotros resolver
los problemas de siempre, y a buena hora. Por la presión de
cambio que exige Venezuela, ha surgido en otras disciplinas
culturales, como en el cine y en el teatro, inquietudes
similares. Estaremos atentos a las proposiciones para una
nueva cultura en el país que se originen de los mismos cultores.
Estas propuestas pueden hacerlas llegar a través del correo-e.