Guitarra: Revolución en Seis Cuerdas
El Diario de Caracas  30-7-1999

El instrumento musical más tocado y popular en todo el mundo es la guitarra. En manos de diferentes culturas ha cambiado su morfología, función y lenguaje mosical y podemos afirmar que no hay instrumento similar en nuestra cultura que haya protagonizado cambios tan radicales como los que ha sufrido la guitarra en sus diferentes versiones.

De procedencia mozarábica, se desarrollaron en la península ibérica a partir del siglo VIII tres cordófonos relacionados con la guitarra de hoy: el Laúd, la Vihuela y la Guitarra Ladina (o Latina), llevada como cultura musical a su expansión y apogeo en el siglo XVI por compositores como Milán, Narváez, Mudarra, Bermudo y Cabezón. La guitarra llega al Nuevo Mundo con cuatro órdenes (o grupos de cuerdas) y genera una variedad de cordófonos parientes como los Cuatros venezolanos, el Charango en los Andes, el Tiple colombiano, el Cavaquinho brasilero y cabe mencionar además, el Timple de las Islas Canarias.

En Europa la guitarra se difunde en los siglos XVII y XVIII como la "guitarra española" de cuerdas de tripa (hoy en día de nylon), alcanzando sus seis cuerdas hacia 1780.  Se producen cambios, como es el caso de la chitarra battente de Italia con cuerdas de metal que se rasguean con un plectro.  A principios del siglo XIX esfervesce una producción importante en la literatura clásica para guitarra por los compositores Aguado, Sor, Carulli, Carcassi, Giuliani y Diabelli. Simultáneamente surge con gran vitalidad la cultura gitana del Flamenco en Andalucía, donde la guitarra acompaña al baile y al cante. A mediados del XIX aparece en Norteamérica la guitarra de cuerdas de metal en manos de los constructores Martin, Fender y Gibson, con las cuales se da inicio a una cultura guitarrística totalmente diferente a la española: el Folk y el Blues de Norteamérica.

A pesar de reunir un repertorio ya consistente por los aportes del renacimiento y de los clásicos, la guitarra no es considerada todavía como un instrumento perteneciente al statu quo de la música erudita, es decir, como un instrumento de concierto. Fue necesaria la labor del virtuoso Andrés Segovia a principios del siglo XX, quién amplió su repertorio a través de transcripciones de literatura barroca en un principio y de encargos hechos directamente a compositores cuyas piezas él mismo interpretaba.

A partir de Segovia se estableció y aceptó el género de la guitarra clásica que hoy disfrutamos sin aires de menosprecio y desde entonces se han sumado compositores a su repertorio que destacan la diversidad cultural que comprende este instrumento: Sólo en Latinoamérica contamos con la guitarra andina de Atahualpa Yupanqui, el legado de Agustín Barrios de Paraguay quien es sin duda el compositor más importante para la guitarra de este siglo. En Brasil se destaca Heitor Villa-Lobos y en nuestro país, Antonio Lauro ha logrado transformar la guitarra clásica en una tradición identificable a nivel mundial como de Venezuela. Con un jardín floreado de virtuosos múltiples que van desde Alirio Díaz, Zea, Riera, Quintero, de los Reyes, hasta muchachos de 18 añitos con técnica impecable como Nirse González, podemos afirmar que para el siglo XXI Venezuela va ha ser el centro de la guitarra clásica.

La revolución de Segovia se hizo también sentir en el flamenco, donde en manos de Montoya la guitarra gitana se incorpora al escenario solista, desarrollo que más tarde explotarán a niveles insospechados desde Manitas de Plata hasta el gran Paco de Lucía. Nuevas caras de la guitarra nacen en Norteamérica como la guitarra resonadora o "Dobro" y en los años treinta, la Gibson "Electric-Spanish" o ES-150, la primera guitarra eléctrica. Les Paul en 1941 construyó la guitarra eléctrica maciza para evitar el feedback y desde los años cincuenta en adelante este instrumental pasó a ser el emblema de una contracultura musical: Reinhardt, Christian, Pass, Montgomery y Metheny en el Jazz; B. B. King, Lee Hooker, Clapton en el Blues; Berry, Hendrix, Beck, Santana, Van Halen, Vai, en el Rock.

Sólo dos extremos esperan por ser descubiertos: Por un lado, la tecnología digital ha tenido hasta ahora poco que ver con la guitarra, contando sólo con algunos intentos MIDI. Por el otro lado,  la "guitarra tuyera", típica de Venezuela, es todavía un gran secreto por revelar.