Ya en el año 1956, un grupo de creadores como los artistas plásticos Alejandro Otero, Mercedes Pardo, Miguel Arroyo, la fotógrafa y educadora Sarita Mendoza, entre otros, se residenciaron en los altos mirandinos, en obvia escapatoria al régimen perezjimenista. Memorables fueron las fiestas al Santo Patrón que este grupo organizó, con la actuación de Fredy Reyna al Cuatro y una exposición fotográfica de Sarita sobre los habitantes del pueblo. Poetas como Efraín Subero, Pedro Francisco Lizardo y Orlan-do Araujo han producido su buena literatura bajo el cielo claro sonriente de esta región en donde habitaron gran parte de sus vidas.
50-601
Musicalmente, San Antonio
ha sido representada desde la época del Padre Antonio, décadas
de los 50-60, por grupos formados por el arpista-violinista
Vidal González y su familia, el cantautor Paolo Pizzán, Julio
Cesar Hernández alias “Guacharaco”, las hermosas voces de
Emperatriz Hernández y sus hermanas, el bajista “Gordo” Miguel
Espósito, el guitarrista-plomero Pedrito Díaz y el percusionista
Cesar Monroy.
Se cuenta entre estos grupos a “Platinado,” un grupo para fiestas que incluía un steel-pan además de un tres cubano, al grupo “Piaroa” con arpa y luego con violín y guitarra. Los grupos musicales se desarrollaron dentro de una línea de canción folklórica, música bailable, a veces se imitaba al naciente rock ‘n roll, pero se hacían sentir especialmente en las fiestas patronales y con parrandas y aguinaldos en diciembre, cuando visitaban por la madrugada a los vecinos cantando de casa en casa.
70
Las generaciones
posteriores se inclinaron hacia la música rock por el auge
cultural y mediático que este género capturó mundial-mente en
todo el sentir adolescente. Con “descargas” o improvisaciones de
fin de semana, con innumerables grupos de rock, festivales en
colinas y terrenos abiertos que estaban a medias de ser futuras
urbanizaciones, la actividad musical de los Altos Mirandinos fue
intensa a partir de esta década.
Fernando Ivosky, más conocido ahora por su actividad teatral, produjo un 45rpm “Barcos de Papel” en 1974 y un año más tarde el disco L.P. “Dos Mundos” con sus propias canciones. “PTT,” como se le conoce al hijo mayor del poeta Pedro Francisco Lizardo, que es médico a la vez de cantautor, amalgamó un grupo extendido de músicos, aficionados, artistas, artesanos y amigos en un grupo musical junto a su hermano diseñador Ike Lizardo y al baterista Kasino González, entre otros que le han seguido, llamado con toda propiedad: “La Misma Gente.” Eran amigos que hacían música, soñaban y se escuchaban a sí mismos.
El grupo musical se inició con el nombre de “Los Barracudas” y luego hacia los principios de los setenta como “Apocalipsis.” El lenguaje musical fue siempre basado en el rock anglo-americano y el estilo se fue depurando y desarrollando para alcanzar su propia autonomía con los textos poéticos de PTT, lo que podríamos acuñar como el inicio del “rock de los altos.” La Misma Gente continúa en el presente su actividad de conciertos y PTT sigue similarmente creando nuevas canciones, como si su música fuese eterna, un símbolo permanente de nuestro pueblo, así como el frío de diciembre o como el aire fresco.
En la misma época se originaron varios grupos experimentales, entre éllos “Catálysis,” liderisado por Emilio Mendoza junto a Giovanni DiBartolomeo que fusionó el rock, jazz y la música de Vivaldi. Esta generación de los setenta se limitó a un producto local y reducido en su difusión sólo dentro del ámbito de San Antonio y no participó en el comercio nacional de discos sino con un hit titulado “Lluvia” por La Misma Gente.
802
La próxima generación
musical de San Antonio produjo varios grupos de importancia,
siempre dentro de la línea del rock urbano: “Potencia” con Iván
Castillo, Luis Núñez, Alexis Peña y Javier Morín; “Stigma” con
Vladimir “Rancho” Pérez, Jerges Valero, Florencio Acevedo, Mario
Lacurcia, Pedro Márquez y Raúl Peña. De éstos, Alexis Peña ha
desarrollado una carrera solista después de su experiencia con
el grupo “Témpano” de Caracas y de haber grabado un disco con
Sony Music.
Dos agrupaciones de San Antonio rompieron esta tendencia roquera: “Yalsanova” y “Capínmelao.” Giovanni DiBartolomeo (ver arriba Catálysis), el baterista Marco Núñez, junto a Jesús y Lilí Sardá, formaron el grupo de jazz Yalsanova, a principios de los ochenta pero al no existir en ese entonces la infraestructura de locales en San Antonio, sus ejecuciones se concentraron sólo en Caracas. Capínmelao, nombre típico de la zona, lo integraron Micky Castillo, Eva Uzcátegui, Ana María Reverón, Claudia y Patricia Sánchez, entre otros ejecutantes. El grupo fue basado en la estética de la nueva trova cubana, con énfasis en temas ecológicos y arreglos vocales.
Esta generación realizó sólo grabaciones personales y los grupos participaron en muchos festivales dentro del país, pero su trayectoria no dejó ninguna publicación.
90
Esta década fue marcada
por una multiplicidad de grupos que se entrecruzan los
integrantes, y de emprendedores con iniciativa organizacional y
creativa. Podemos nombrar a los grupos “Sus4” con Roberto
Castillo, Valodia León, Juancho y Leo Castillo; “Última Hora”
con Florencia Acevedo, Raúl Peña “Yogy”, Alberto Faijo, y otros
integrantes de Caracas; el grupo “Extasis” con Dionisio
López en el bajo y coros, Dorian Vaz en la guitarra, Edwin
"Chipi" Yánez en la bateria, Henry Yánez en los teclados y coros
y Alfonso González en la voz principal; el trío “Frutas
Tris” con Wladimir “Rancho” Pérez (ver arriba Stigma), Raul
Puchi “Piki” y Don.
En esta generación se destacan varios personajes e instrumentistas que formaron otros grupos pero a la vez han mantenido una trayectoria individual, como lo son Toñito Bello, virtuoso de la guitarra que forma varias bandas, entre ellas “Fuerza Sublime” con el Flaco del Limón en la bateria; el “poeta maldito” Javier Azcuna con sus letras, voz y bajo forma una agrupación con Kasino (ver arriba La Misma Gente), Toñito Bello y Juan Viloria. Luis Núñez (ver arriba Potencia), forma un grupo “20/20,” más comercial junto con Manel de Carrizales que incluyó un hit nacional “Cuánto Más.” Elio el Baterista pasa a integrar a La Misma Gente. Juán Viloria estableció el primer estudio de grabación en los Altos, y al igual que Gilberto Márquez, flautista, organizaron festivales de música original en la zona3.
Más recientemente, Eduardo Soto, flautista y virtuoso de la armónica quien había tocado con Alexis Peña, forma su grupo de blues “Soto’s Blues Band.” Por otro lado, Jorge y Estefanía Guzmán experimentan con el jazz electrónico en su grupo “Amereida” antes de emigrar a los Estados Unidos. María Rivas, la cantante de jazz-fusión ya establecida internacionalmente, se muda a San Antonio junto a su esposo el bajista Miguel Chacón, donde reside y se inspira.
Desde los noventa, el ambiente musical empezó a cambiar ya que la actividad musical se profesionalizó. El cambio obedeció en primera instancia a la personalización de la tecnología musical gracias al desarrollo de las aplicaciones de la computadora personal en música, que permite acceder al nivel profesional de grabación, edición y reproducción de discos compactos a muy bajos costos. La dependencia en la casa disquera se elimina y florecen producciones independientes. En segundo lugar, San Antonio creció y su actividad comercial incorporó espacios donde la música podía existir fuera de las casas de los músicos.
En 1993 se instaló en San Antonio un estudio de grabación llamado “Producciones La Montaña” por tres músicos: Boris Bossio, Wyzton Borrero (DJ Wyz) y Marcelo Sanhueza. El estudio sirve además como lugar de ensayo a grupos, servicio valioso para la mayoría de los grupos que no cuentan con espacio adecuado para ensayar ya que la vida en apartamentos no es apta para la ejecución de música amplificada. La Montaña funciona también como productora profesional de grupos musicales y especialmente en la manufactura del “demo” o disco compacto utilizado como tarjeta de presentación a clubes y casas disqueras. La Montaña ha producido discos compactos de Manel, La Misma Gente, Hora Cero (última generación), y un disco de una recopilación de bandas sanantoñeras con el nombre de “Sónico-Supte.”
2000
Hace unas dos o tres
décadas, familias jóvenes vinieron a San Antonio buscando
apartamentos más baratos. Sus hijos han crecido y forman ahora
un grupo cultural importante en San Antonio. Respondiendo a esta
población extensa de adolescentes, últimamente ha proliferado la
aparición de locales nocturnos en forma de cafés, discotecas,
bares y locales de pool o billares, todos apuntando a
esta masa de jóvenes que aparte de la televisión en sus
apartamentos y el cine, no tienen lugares para sus ratos libres.
Aunque se critica que este empleo del ocio en los jóvenes a través de los locales nocturnos incluye un marcado incentivo hacia el consumo de alcohol y drogas, por otro lado se beneficia y favorece el crecimiento de la actividad musical. Lamentablemente no existe en la actualidad en San Antonio ninguna otra alternativa que la comercial nocturna en función del desarrollo musical del joven y en donde éste pueda dedicar su tiempo sanamente.
La competencia entre los locales ha generado la incorporación de música en vivo, sobre todo en los fines de semana comenzando con el jueves. El atractivo de la vida nocturna musical en San Antonio ya se ha extendido a Caracas, por el hecho de que San Antonio es un lugar comparativamente más seguro y en donde la actividad nocturna se puede disfrutar con menos riesgos que en la Capital. La contratación de grupos musicales ha impulsado a su vez la formación de nuevas bandas y la profesionalización de las mismas. Es decir, se completó el círculo sociomusical: se incentiva competitivamente la creación de música, los grupos cobran por tocar, el público cuenta con lugares para disfrutarlos.
Esta situación es radicalmente diferente a la de los tiempos de improvisaciones caseras y pronosticamos que como resultado de la misma, pronto se concretará un sonido o estilo musical único “sanantoñero.” Un fenómeno nuevo por ejemplo, es la aparición de grupos de jazz cuando en San Antonio no había existido este tipo de actividad. Grupos de jazz anteriores como Amerieda y Yalsanova (ver arriba) nunca tocaban en San Antonio sino en Caracas. En el 2000 surgió el grupo “La Comarca” integrado por Emilio Mendoza en la guitarra (ver Catálysis arriba), Gilberto Márquez en la flauta, Vladimir “Rancho” Pérez en el bajo y Raúl Puchi en la batería (ver Stigma y Frutas Tris arriba), precisamente de la actividad de ejecuciones para locales nocturnos. Recientemente, Mendoza y Pérez formaron un nuevo grupo experimental de jazz bajo el nombre de “Axis” con el saxofonista Xavier Sobrevila y el baterista Marcos Núñez (ver arriba Yalsanova).
Actualmente
existe un despliegue de un sinnúmero de grupos musicales de
variadas tendencias, desde grupos de escolares hasta la
migración temporal de “matatigres.” Hijos de roqueros ya tienen
sus propios grupos: Babi y Juan Lizardo, hijos de Ike Lizardo
(ver arriba La Misma Gente), integran el grupo “Don Serrullo”.
Benjamín González, hijo de Kasino (ver arriba La Misma Gente),
se convierte en estrella de la guitarra y toca junto a su padre
baterista en el grupo “Deuán” también con Juan Lizardo. Sentir
que esta práctica musical permanece y renace en generaciones es
tocar la esencia cultural de una comunidad, su tradición, con la
cual admiramos la rueda de la vida aparecer de nuevo: el hacer
música con guitarras eléctricas y voces amplificadas es parte de
la vida de familias y generaciones de San Antonio, un modo de
vida, una cultura propia de los Altos Mirandinos.
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